Reflexión: Ya no está, …y me siento triste, porqué…!

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En nuestro sistema dependemos unos de otros en muchos aspectos. Dependemos del constructor, el electricista, el panadero,…etc. En cierto modo está bien, repartimos las funciones entre las personas para obtener bienestar común. Una especie de interdependencia. Pero, ¿qué pasaría si dependiésemos a nivel emocional de los demás?. ¿Estaríamos poniendo en manos de los demás nuestra felicidad?…entre otras cosas. Y si fuese así…¿no le pediríamos a los demás que contribuyan a nuestra felicidad?…ya que tienen ese “poder” que me aporte felicidad… Una interdependencia algo delicada ¿no?.

Es entonces cuando aparece la sensación de temor a perder al otro, a ser rechazado, la necesidad de controlar al otro,…etc. Solemos disfrazarla con la palabra amor, pero ¿acaso el amor no es “soltar”?, ¿por qué “cogemos” entonces?. El amor, el de verdad, no exige, no depende, no espera del otro…no te pido que me hagas feliz, mi felicidad nace en mí. “Te necesito”, “no se vivir sin ti”,…esto es mas egoísmo que amor, obtengo algo del otro para mí…así de paso no tengo que producirlo yo. Y claro, cuando perdemos a alguien, en el amor o en la vida, sentimos tristeza. Si sentimos tristeza porque alguien se va de nuestra vida quiere decir que en parte hice depender mi felicidad de esa persona. Sé que choca pero si tenemos apertura para “dejarnos ver” obtendremos un precioso aprendizaje de esto. Nunca sentimos tristeza cuando dejamos ir a alguien al que le hemos permitido ser libre, ser sí mismo.

Te deseo un día lleno de consciencia para “dejarte ver y darte cuenta” de donde viene tu felicidad…y tu tristeza.

Yo, aquí y ahora, contigo.

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