A lo largo de nuestras vidas tenemos diversas experiencias e influencias que van construyendo nuestro sistema de creencias, es decir, aquello que pensamos y creemos que es cada cosa, situación, persona, etc … “deberías de, como no vas a, eso es imposible, esto es bueno, malo, atractivo, correcto, …”. Sucede que cuando se cruza en mi vida una persona que reúne varias de esas creencias, las positivas, siento atracción hacia él o ella. Al fin y al cabo es la representación en una persona de aquello que “me gusta”…según mi sistema de creencias. Es cuando sentimos que “nos enamoramos”. Y es curioso porque debemos de ser conscientes de que hasta que no conozcamos a esa persona de verdad nos estaremos enamorando de la representación en esa persona de aquello que nos gusta y no de esa persona en sí misma. Pasa el tiempo y empezamos a conocer a esa persona tal y como es. Es entonces cuando aparece “la fase de desenamoramiento” y puedo, al no cumplir mis expectativas, acabar la relación ó puedo reconfigurar mi sistema de creencias apreciando las cosas que importan de verdad y no las que nos clasifican dejando paso a que aparezca el amor en esencia, el verdadero. Otra dimensión. Dicen que el amor es ciego, pero no hay nada que aporte una visión tan clara como el verdadero amor. La dependencia del otro, el apego, el deseo, la necesidad, la posesión, …eso que algunos mal llaman amor,…esos sí son los ciegos y su ceguera.
Te deseo un día lleno de consciencia para darte cuenta, darle un giro a tu sistema de creencias y tener la opción de amar de verdad.
Yo, aquí y ahora, contigo.